lunes, 23 de julio de 2012

«Zona de violación» por Marco Lara Klahr



«Viola a su hija; la enseña a ser mujer» [Noticias Vespertinas, marzo 6, 2007, con tipografía roja en portada] y «¡Qué poca…!» [Metro, abril 1, 2010, en tipografía calada sobre la fotografía de portada de la madre de Paulette] son de los titulares más brutalmente machistas publicados en medios informativos durante el más reciente lustro.

Habitualmente, en las redacciones los periodistas celebramos este tipo de encabezados, considerándolos perlas del ingenio editorial. Es entendible. En su verticalidad, las redacciones de los medios suelen ser espacios donde quienes producimos la información vivimos sometidos a los mandos editoriales.

Llevan la peor parte las compañeras periodistas, que en diversos medios ganan menos, se desempeñan en condiciones más ínfimas y carecen del derecho a ser madres, en el sentido de que muchas de las que lo desean no pueden desarrollarse con plenitud como periodistas y madres, aparte del acoso sexual y las relaciones laborales masculinizadas.

Esas redacciones donde se expresan el machismo y sexismo estructurales producen y publican fatalmente noticias con enfoques machistas y sexistas, y hasta llegan a celebrarlas. Ahí se revictimiza a las víctimas, con más saña si son mujeres porque el machismo y el sexismo poseen una carga de misoginia, y en una sociedad machista y sexista los/las discriminadores/as de las mujeres son impunes.

En enero de 2011 publiqué en mi antiguo blog «meDios» la entrada «… otra fue golpeada porque menstruaba», exhibiendo otra muestra de este fenómeno, trasminado en noticias que a su vez refuerzan el machismo y sexismo entre la comunidad ―con lo cual la noticiosa se revela como industria discriminatoria.

Aludía a la nota «Zumpango: asaltan obra y violan a una mujer» [La Jornada, abril 6, 2008], la cual informaba que «Unas 25 personas armadas robaron siete mil metros de cable eléctrico, herramientas y 12 mil pesos destinados a la nómina en la obra de construcción […] La policía municipal indicó que los atacantes amordazaron y golpearon a 20 albañiles y tres vigilantes de la obra. Además, al menos siete abusaron sexualmente de una mujer de 18 años que había llevado cena a su marido y la dejaron inconsciente; otra fue golpeada porque menstruaba y no quisieron violarla».

Anotaba que: «En la cabeza como en el cuerpo, la jerarquización editorial considera más relevante el robo. […] esta forma de organizar la realidad dando la mayor relevancia a un robo anodino sobre el ataque físico a 23 trabajadores y la violencia machista extrema contra dos mujeres fue determinada desde el emisor originario de la noticia, “la policía municipal”. Quien hizo la nota y su editor se sometieron a esta pauta, denotando un ejercicio profesional en automático, guiado por un clásico parte de comandancia».

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