jueves, 30 de junio de 2011

El cuerpo de las mujeres, botín de la narcoguerra

En Nuevo León han sido asesinadas este año más de 65, nueve de ellas menores de edad

A la agresión sexual se une la saña, la inquina contra el origen, el desprecio y el odio al género


Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada

Domingo 12 de junio de 2011, p. 11


Escenas de la narcoguerra feminicida en siete días: una, en el municipio de Cadereyta rumbo al Palmito, cuerpo de mujer destazado en seis partes en el interior de un baño de lámina galvanizada. Dos, una cabeza de mujer tirada en la avenida Gonzalitos y Francisco Rocha, en la esquina del restaurante El Gran Pastor. Tres, un taxi estacionado frente a Seguridad Pública del municipio de Guadalupe; en el asiento trasero, un bote de pintura de 19 litros con cabeza de mujer. Cuatro, dos costales de plástico tirados en una carretera de la Hacienda El Alamito con cinco pedazos de un cuerpo de mujer sin cabeza.

En lo que va del año, más de 65 mujeres, nueve de ellas menores de edad, han sido asesinadas en Nuevo León según métodos salvajes, primitivos; la mayoría, ultrajadas sexualmente. Se trata del feminicidio más cruel, el que va unido a la guerra contra el narco y está invisibilizado; el que mutila, destaza, cuece, descuartiza, desuella...

La narcoviolencia afecta más a las mujeres. Sus cuerpos, convertidos en botín de guerra son utilizados para la explotación sexual, amedrentar a los rivales, amenazar y ocasionar más daño a los enemigos. A la agresión sexual se une la saña, la inquina contra el origen, el desprecio y el odio al género.

No es fácil monitorear el horror feminicida en estos tiempos de guerra y Alicia Leal, presidenta de Alternativas Pacíficas, lo sabe. Lleva 15 años combatiendo la violencia de género y sosteniendo dos albergues para mujeres maltratadas. Los casos que ahora recibe por la narcoviolencia son terribles. Nunca en su vida había visto lo que ahora sucede: El cuerpo de las mujeres está siendo un botín en esta guerra. Hay una mayor crueldad. Es una violencia extrema en cuanto a coerción y lesiones. Hay un sadismo impresionante. Las que no mueren y nos llegan heridas, traen huellas de violación tumultuaria, mujeres que mientras las están violando las queman con cigarrillos o las cortan con cuchillos. Es como una película de terror, pero es la realidad.

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