miércoles, 4 de julio de 2012

#YOSOY132: LA PRIMAVERA MEXICANA. Revista Anfibia

 Por: Daniela Edith Rea Gómez / Rossana Reguillo Cruz 

A horas de las presidenciales de México, los jóvenes del #YoSoy132 todavía hacen temblar lo que parecía un triunfo seguro del priísta Peña Nieto. El Movimiento nació en una universidad privada, con el abucheo al candidato de la sonrisa perfecta, y pegó duro como el tequila: estudiantes de todo el país exigieron debates, cuestionaron los oligopolios mediáticos, se reunieron en asambleas multitudinarias y combinaron medidas creativas de acción directa con militancia digital. Crónica desde el interior de un movimiento potente, sísmico, que busca perdurar más allá del 2 de julio. 

La tarde del sábado 2 de junio el calor era casi insoportable, las lluvias se habían retrasado en Guadalajara, y en esa ciudad, como dicen los mayores “sabe hacer calor”. En el “Parque Rojo”, que es el nombre con que los jóvenes bautizaron hace varios años al Parque de la Revolución, Ileana encendía un cigarrillo tras otro mientras que con voz firme, organizaba, señalaba, indicaba a los participantes de la Primera Asamblea #YoSoy132 en la ciudad, dónde estarían instaladas las “mesas” de discusión. 


El grupo coordinador las había diseñado días antes en las reuniones de las 44 células del movimiento juvenil que existen en la capital de Jalisco. Las “mesas” eran grupos de 40 o 50 jóvenes de distintas universidades, públicas y privadas, sentados en el césped y entregados al ejercicio de la escucha y del habla colectiva. La mesa de creativos, redes e información era un hervidero de propuestas, todas ellas empeñadas en mezclar la actividad en internet con el brigadeo en la calle; los “tuits”, con las marchas. 


La mesa del “manifiesto”, responsable de sacar los acuerdos y consensos mínimos, era una sucesión de discursos políticos para desmentir la etiqueta de “apolíticos” que pesaba, antes de mayo de 2012, sobre los jóvenes mexicanos. Ni Iliana, ni Monste, ni Daniel habían dormido lo suficiente, desde que la marea conocida como #YoSoy132 había inundado la escena política mexicana. Ellos se sumaron con creciente entusiasmo a una movilización nacional sin precedentes. En un país que sigue padeciendo un fuerte centralismo la emergencia de los #YoSoy132 locales, en Guadalajara, en Ciudad Juárez, en Querétaro, Monterrey y muchas otras ciudades no es un logro menor ni un dato anecdótico, sino una de las dimensiones centrales del movimiento: su representatividad nacional, pese a las distintas velocidades y estilos, derivadas en buena medida de las experiencias previas y de las culturas políticas locales. 


Ileana está contenta, se le nota en la mirada, en las manos que hablan con la misma rapidez con que le brotan las palabras. Los integrantes de #YoSoy132Juárez, también están contentos y activos. Van ya por su séptima asamblea local y Julián, Jazyhel y Diana se aprestan –boteo, previo, es decir juntando entre todos dinero en un bote-, a viajar a la Ciudad de México para participar en la siguiente Asamblea General Interuniversitaria. En su más reciente convocatoria desde Facebook, dicen: “Alto a los feminicidios, no a la manipulación mediática ni a la imposición y a favor del voto informado #yo soy 132 Juárez”. Los jóvenes del movimiento padecen un serio déficit de horas de sueño y un exceso de energía transformadora.


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