lunes, 27 de junio de 2011

La voz de la tribu

En: http://www.gatopardo.com/ReportajesGP.php?R=90#14

Javier Sicilia no es el primer doliente que se convierte en una referencia contra la inseguridad, pero sí es el primer poeta místico que de un día para otro se ve forzado a salir de su cueva y pastorear una protesta nacional.

¿No temes que la transparencia de tu discurso, que su radicalidad, porque es radical en la medida de que va a la raíz, te margine de los medios, del mainstream, de que los políticos digan, “Sicilia no quiere ni con Peña Nieto, ni con Calderón ni con López Obrador…”?
La verdad es la verdad. Que me marginen, que me ignoren. Son miserables, canallas y criminales, pero se los diga yo o no, es la verdad. Ser un ser humano es difícil, hay que construirse y negarse. Si ellos no quieren hacerlo es su problema. La humanidad es una conquista de lo mejor del hombre.

¿Temes una derrota política de tu movimiento?
Todo es posible. No depende de uno. Desde mi fe diría: si después de dos mil años de cristianismo no podemos entender el mensaje del pobre de Nazaret, del Dios que renuncia al poder, del Dios que se hace servidor y que muere como delincuente de derecho común, si no lo hemos podido entender, la derrota está allí. Llevamos dos mil años de derrota.

¿Para ti fue un despertar el asesinato de Juan Francisco?
Sí, de alguna forma su presencia, su nombre, el ponerle nombre a las víctimas me obliga a eso. Tengo fe de que no sea en vano. Lo hago por eso, por un principio de dignidad humana y de dignidad por mi hijo, que le ha dado rostro a los que el gobierno ha despreciado y criminalizado. Estoy seguro de que lo volveré a ver como volveré a ver todo lo que he amado y a quienes he amado en el amor de Cristo, y espero que me diga: “¿Sabes qué?, lo hiciste bien. Estoy orgulloso de ti”. \\

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