Editorial Niunoniunamás
Del desencanto a la esperanza sin telenovela de por medio.
Por Lucía Melgar
En un país donde la barbarie es noticia del día, y como tal tiende
a ignorarse, el discurso electoral y electorero ha pasado por alto los temas
cruciales para el presente y el futuro. Los derechos humanos no han merecido la
atención de ninguno de los candidatos y candidatas a presidente o jefe de
gobierno de la ciudad. Los derechos de jóvenes, niños y niñas no se han
mencionado siquiera, el derecho a una educación de calidad pareciera más rehén
de una villana que responsabilidad de Estado (gobierno y partidos incluidos). Los
derechos de las mujeres a una vida sin violencia o a una maternidad libremente
elegida, que deben incluir el derecho a decidir si se interrumpe un embarazo o
no, han servido antes y durante como moneda de cambio: el PAN se ha servido del
feminicidio en el Edo. de México para denostar al ex gobernador pero su
candidata no se ha hecho cargo en toda su dimensión de las consecuencias que la
neoinquisición multipartidista y sobre todo panista ha conllevado para mujeres
y niñas en 18 estados. Si nadie se hace
responsable realmente de la impunidad del feminicidio a lo largo y ancho del
país, tampoco nadie se hace cargo de las
mujeres encarceladas por abortos, incluso espontáneos, ni de las niñas
obligadas a llevar a término embarazos producidos por violaciones incestuosas,
aun a riesgo de su vida. Ninguno de
nuestros ilustrados es capaz de imaginar un
programa educativo y cultural coherente (ya no se diga sólido o
significativo). Ninguno de los aspirantes a dirigentes nacionales asume el
significado brutal de matanzas, secuestros y desapariciones a lo largo y ancho
del país. Nosotras, ciudadanía, por nuestra parte, vivimos y hablamos de las
campañas electorales como si éste fuera un país pacífico, donde las elecciones
fueran viables y significativas y donde el próximo gobernante de la nación o de
la ciudad pudiera resolver “el problema” que a cada uno de nosotros más le
importa: la crisis, la corrupción, la impunidad, la violencia, la degradación
del medio ambiente, la ignorancia, la pobreza, la desigualdad, la guerra.
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