Queridos Amigos y MPJD (Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad)
En una crisis espiritual y de conciencia, he buscado la forma de
construir un país y un mundo menos violento. En esa búsqueda de
seguridad, dignidad y justicia he aprendido muchísimo: Soy un mexicano
afectado profundamente por la violencia; mis fam...iliares y seres
queridos desolados, sobrinos huérfanos, entrañables amigos en
situaciones desgarradoras, secuestros, extorsiones, asesinatos y mucho
miedo. Estoy indignado y tengo hambre de paz para México y para mis
hijos.
Me sume a esta lucha por terminar con la violencia. Considero
que todos y cada uno de los ciudadanos debemos asumir nuestra
responsabilidad y participar en cambiar a nuestro México, creo que la
responsabilidad individual es el camino y el proceso a seguir. Cuando
vi que Javier Sicilia estaba emplazando a las autoridades de Morelos,
me pareció que emprendía un método efectivo. Me traslade a Cuernavaca,
y conmovido me uní a sus esfuerzos.
Así comenzó mi actividad en el
Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Me sentí atraído, ya
que creo que la autoridad es legítima cuando es delegada
responsablemente y voluntariamente por los ciudadanos. Cuando dicha
autoridad se aleja de ser ética o deja de ser representativa de los
intereses y la voluntad de las personas, pierde su legitimidad, deja
de ser válida y la acción ciudadana, incluso la desobediencia se
vuelve un deber sagrado. Con el Movimiento Por La Paz Con Justicia y
Dignidad marchamos y recorrimos por pueblos heridos y hablamos,
peticionamos y consolamos a personas muy lastimadas, todo esto me
pareció muy efectivo y bello.
Después participamos en diálogos y
acercamientos con las autoridades más altas del estado mexicano y
terminé por darme cuenta que la principal función del MPJD se
convirtió en ser un interlocutor con los partidos políticos y el
gobierno: Creo que estas instituciones y poderes no pueden ayudar sin
dividir más, endeudar más y fracasar más como intermediario de la
sociedad. A partir de esa observación, y dado que se tomó esa
vertiente, me reuní con Javier a quien considero un gran líder y noble
amigo. Después de un intercambio de reflexiones y coincidencias de su
parte, he decidido desvincularme del MPJD.
Creo, por convicción y
conciencia, que tenemos que hacer nosotros lo que no ha podido hacer
la autoridad. Yo imagino que la idea de que el gobierno traiga la paz,
es como tratar de reparar un auto con un serrucho; no funciona.
Permanezco con el propósito de continuar organizándonos como
ciudadanos responsables, que unidos construyamos el futuro de nuestro
país. Esta, para mi, es la solución y estaré al lado de todos los que
quieran seguir en esta dirección.
Creo que los ciudadanos hemos
permitido y fomentado instituciones que son destructivas, obsoletas,
anacrónicas y arcaicas porque hieren, ofenden y lastiman a las
personas. No creo que el sistema de gobierno como tal nos pueda traer
la paz que buscamos, ya que en su forma de imponer el orden incorpora
la contradicción, la coerción y la violencia.
Creo que los problemas
morales y económicos son asuntos cívicos, que deben asumirse como
responsabilidad ciudadana y no gubernamental. Seguiré luchando por
este fin y propósito, es el camino que me tracé en un inicio cuando
fue asesinado mi hermano Benjamin LeBaron y mi amigo Luis Widmar.
Hemos caminado mucho y quiero decir enfáticamente que tengo un
profundo amor y respeto por los amigos y seres queridos que han movido
conciencias con su ejemplo, su fuerza y su voluntad.
Junto con ustedes
hemos recorrido nuestro país para dar testimonio de lucha y fortaleza.
Amo a quienes han dado su vida por defender la libertad y la dignidad
de todos. Con el espíritu de responsabilidad individual me uní a la
caravana, ha sido el mensaje que he querido transmitir desde el
principio y lo seguiré haciendo con las herramientas que creo más
efectivas para seguir persuadiendo y trabajando por un mejor futuro.
Siempre estaré dispuesto a unir fuerzas con quienes quieren luchar
para que seamos todos respetados.
Viva México.
Julián LeBarón
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