martes, 17 de mayo de 2011

Checa hoy las publicaciones de Nuestra Aparente Rendición

La batalla de Ciudad Mier
Ésta es la historia de un pueblo de la frontera con Estados Unidos arrasado, en silencio, por la guerra de Tamaulipas. Por diego Enrique Osorno

La mañana del 22 de febrero de 2010, cuando Ciudad Mier se preparaba para las fiestas anuales, quince camionetas con las siglas del cártel del Golfo (C.D.G) entraron por el acceso de la carretera de Reynosa como caballos desbocados. Los pistoleros enfilaron a la comandancia de la Policía Municipal, bajaron de sus vehículos y comenzó a sonar el tableteo de sus ametralladoras contra el viejo edificio. La gente que estaba alrededor echó el cuerpo a tierra y como pudo fue a refugiarse.

El tiroteo amainó. Seis policías municipales asustados, golpeados, jadeando con la boca abierta, rojos de sangre y con el miedo en la mirada, fueron sacados de la comandancia por los pistoleros, quienes gritaban consignas contra los Zetas. Ésa fue la última vez que se vio a los seis policías y fue también la última vez que hubo policías municipales en Ciudad Mier.


Chilpancingo: un pueblo de paso
Por David Espino

Chilpancingo ha dejado de ser un pueblo de paso, efímeras sus calles y sus casas que se deslizan por las ventanillas de vehículos y camiones que transitan veloces por el bulevar –la única gran vía– rumbo a Acapulco. La capital de Guerrero ahora es tierra de narcos. Son los vecinos. Los arrendadores. Sus hijos son compañeros de los chicos en escuelas públicas y privadas. Conducen hummers y automóviles de lujo en sus callejuelas. Rondan las discotecas y los bares. Son padrinos en las fiestas religiosas de los cinco barrios históricos, en los bautizos y los 15 años. Son, también, dueños de flamantes hoteles y edificios enteros. Dueños de vidas. Y de muertes.

No hay comentarios: