lunes, 25 de abril de 2011

Urgen evitar otra generación de ninis

Revista Enfoque


Los niños de hoy todavía son parte del llamado "bono demográfico"; representan la última oportunidad de planear un mejor futuro para México


por Ernesto Núñez



Ciudad de México (24 abril 2011).- Hoy son 32 millones 914 mil 605, según el Censo del 2010, y representan el 29.3 por ciento de la población. Las mexicanas y mexicanos menores de 15 años viven en una paradoja: pertenecen a una generación heredera de los avances del desarrollo, pero a la vez implican todo un reto de política pública.



La generación de los niños nacidos después de 1995 –la infancia de hoy en día– es beneficiada por la tasa de mortalidad infantil más baja de la historia (8.1 por ciento) y una mayor esperanza de vida al nacer (más de 75 años). Según el Censo 2010, el 94.7 por ciento de los niños entre 6 y 14 años acude a la escuela, una cobertura también inédita.



Pero, al mismo tiempo, esta generación demandará una cantidad enorme de puestos de trabajo y, en un par de décadas, deberá ser capaz de mantenerse y de soportar la mayor carga de población envejecida de la historia. Las proyecciones del Consejo Nacional de Población indican que la población de 65 años y más aumentará de 7 millones en 2010, a 9.4 millones en 2020, 14.3 millones en 2030, 20.5 millones en 2040 y 25.9 millones en el 2050.



En estas condiciones, el demógrafo Manuel Ordorica –académico de El Colegio de México– asegura que la infancia actual debería ser la generación prioritaria para el Estado mexicano. Los gobernantes, advierte, deberían estar planeando las políticas públicas para garantizar que esos 32.9 millones de niños tengan empleo en México, no emigren a Estados Unidos, no caigan en la economía informal y no se conviertan en otra generación de "ninis".



Ordorica coordinó el libro Población , que forma parte de la colección Los grandes problemas de México(El Colegio de México, 2010). En esa obra, explica cómo la transición demográfica tomó por sorpresa a México, que no estaba preparado para aprovechar al máximo el llamado "bono demográfico", generado por el hecho de que el 64.4 por ciento de la población esté en edades productivas. El no haberlo planeado explica, en parte, la existencia de los jóvenes que ni estudian ni trabajan.



Los niños de hoy forman parte aún de ese bono y, según Ordorica, aún hay tiempo de evitar que se conviertan en un "pagaré demográfico", pues en los próximos decenios continuará ensanchándose la población en edad productiva.



"Este proceso lo podemos ver como una oportunidad histórica o como un problema, porque si la economía no crece en los siguientes lustros podría presentarse una pesadilla demográfica. Sería muy grave que no se generaran los suficientes empleos en la economía formal y que este bono se nos fuera de las manos", advierte en su libro.



En entrevista, Ordorica lamenta que la política no escuche a la demografía. Considera un error que las autoridades no hayan atendido las proyecciones que se hicieron a finales del siglo XX, y ve como un riesgo que los políticos de hoy en día no estén planeando a largo plazo.



Considera que la demografía le cumplió al desarrollo, al señalar la necesidad de reducir la tasa de crecimiento poblacional, del 3.4 por ciento de los años sesenta, al 1.4 por ciento de la primera década del siglo XXI, según datos del Censo 2010. Pero señala que el desarrollo no le cumplió a la demografía y la calidad de vida no ha mejorado.



Usando un slogan del gobierno de Luis Echeverría, Ordorica cuestiona: "se decía que la familia pequeña vive mejor; hoy la familia ya es más pequeña, pero ¿vive mejor?".



El investigador advierte que un dato alentador del Censo (el hecho de que el 94.7 por ciento de los niños entre 6 y 14 años vayan a la escuela) se puede convertir en un negativo, en caso de que en el futuro esos niños no encuentren un trabajo.



"Hoy vemos que hay un porcentaje reducido de analfabetismo, que hay un buen nivel de escolaridad. Se ve un esfuerzo de la gente para que ocurra eso, ésa es una ventaja que permite ver un futuro positivo para esos niños, pero esos niños tendrán que ingresar a su actividad económica en 15, 20 o 25 años y la pregunta es ¿de qué van a trabajar?



"Si nosotros no le damos acceso a esa población que va a estar en edades activas en esos años, no va a tener posibilidades, primero de mantenerse, pero tampoco de apoyar al resto de las generaciones, a los niños y a los viejos. ¿Quién está pensando en eso, quién está planeando el largo plazo?, nadie lo está haciendo", advierte.



El país del futuro
Además del empleo, para la generación que en este mes está celebrando el Día del Niño será necesario construir casi 20 millones de viviendas en los próximos 40 años, resolver problemas de generación y suministro de energía, garantizar el abasto de agua y alimentos, y consolidar un sistema de salud capaz de atender a una población cada vez más vieja.



Se requerirán más médicos y, entre ellos, serán necesarios más gerontólogos, oncólogos, geriatras y cardiólogos, que pediatras. El número de médicos pasaría de 135 mil que había en el 2005 a 160 mil en el 2050, y las enfermeras deberán aumentar en un 50 por ciento. Se prevé que la plantilla requerida de maestros de educación primaria pase de 494 mil (2010) a 322 mil en el 2050. Y será necesario que crezca la plantilla de docentes en educación superior.
Para evitar que en ese México del futuro se viva la "pesadilla demográfica" de una población envejecida, pobre, excluida de la actividad productiva y con un gran número de mujeres sin acceso a una pensión, Ordorica sugiere planear ya el futuro de la actual generación de niños.
"A partir del 2025 y hasta el 2035 vamos a tener una generación importante que hoy son niños, van a estar en su justa edad de conclusión de la escolaridad y de ingreso a su actividad económica. Hay que evitar que sean 'ninis'.



"Hay que pensar qué país queremos ser en el futuro, cómo vamos a obtener nuestros ingresos como país si los ingresos petroleros se agotan. Y eso nos tendría que llevar a responder a la pregunta de qué niños necesitamos hoy, qué formación deben tener, hacia dónde debemos orientarlos, identificar nuestras fortalezas como país", comenta.



Parte de esa planeación, agrega Ordorica, tiene que ver con la distribución de la población. Teniendo extensos litorales, una quinta parte de la población de México se concentra en el Distrito Federal y el Estado de México.



El investigador recomienda que el Estado adopte una mejor visión de desarrollo regional que permita aprovechar los lugares en los que hay agua y recursos naturales.



Preguntarse dónde vivirán los niños de hoy también debería ser parte de la construcción del futuro.



Enfoque recomienda:


Población coordinado por Brígida García y Manuel Ordorica. Colección Los grandes problemas de México . El Colegio de México, México 2010.


La infancia cuenta en México, 2010 coordinado por Carolina Vargas Romero. Libro de datos editado por la Red por los Derechos de la Infancia en México AC. México 2010.

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