Redacción Informativo del Sur de Jalisco
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Jueves 14 de Abril del 2011
Vivian Lara Loza
vivianlara.l@gmail.com
Un feminicidio es el asesinato de mujeres por razones de género, tienen la característica de un patrón común, en Ciudad Juárez: jóvenes, delgadas, morenas, cabello largo, con alta urgencia laboral y pobreza (González, 2008), y sucede cuando las condiciones históricas generan prácticas sociales que permiten atentados con la integridad, la salud, las libertades y la vida de las mujeres.
El feminicidio en México ocurre dentro de un contexto en el que, en primer lugar ni siquiera se reconoce el fenómeno existente; para poder buscar una solución hay que saber que existe un problema, ya que varios funcionarios corruptos se han destinado a encubrir los crímenes y proteger a los asesinos, argumentando que fue culpa de las mujeres por su vestimenta, trabajar hasta tarde o porque su trabajo es mal visto (prostitución). Esto sucede ya que vivimos en un entorno machista donde la mujer siempre es la culpable de sus acosos, ya que desde pequeños nos establecen tabúes de cómo se debe de comportar o vestir una mujer, si no ésta puede ser molestada y todavía cuando les pasa algo, te dicen: "es que tú tienes la culpa por andar vestida así", y esto sucede en todas las clases sociales en las que vive México.
La ciudad con mayor índice de feminicidio es Ciudad Juárez, que en los últimos 10 años han reportado un total de 420 casos de feminicidio, de las cuales al menos 170 fueron violadas, mutiladas y torturadas, a pesar de esto en más de 10 años no se ha logrado hacer justicia pues todos los casos siguen impunes, y hasta el día de hoy solo se han aprehendido a “culpables ficticios” para hacer creer a la gente que hay justicia.
Entonces este tipo de violencia se da principalmente en lugares con altos niveles de pobreza, falta de educación, corrupción descarada, clima de terror, un estado de delincuencia generalizada.
Pero ¿qué podemos hacer para que esto acabe?, para radicar el problema desde la raíz debemos empezar desde el hogar, no haciendo diferencias de género, e irnos hasta algo más complicado como destinando recursos más amplios para hacer campañas, donde las mujeres sepan sus derechos y que tienen que hacerlos cumplir.
Esta es una tarea difícil pero si empezamos desde hoy cada una de nosotros, podemos hacer una diferencia gigante en la que todos salgamos beneficiados, hay que parar esta violencia y exigir al gobierno que cumpla los derechos de las mujeres, para que estas no vivan en el estado de vulnerabilidad que propicia su violencia.
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