México DF, febrero 09 de 2011.
Por Antonio Medina en NotieSe
El gobierno de Felipe Calderón es intolerante y ejerce el poder cuando se siente exhibido en sus incapacidades.
El gobierno de Felipe Calderón recurre a la guerra contra el narcotráfico ante la carencia de estrategias de Estado.
El gobierno de Felipe Calderón no sabe reaccionar ante la crítica honesta y constructiva.
El gobierno de Felipe Calderón prefiere la desinformación para tapar el desastre que tiene en las instituciones públicas federales.
El gobierno de Felipe Calderón se exhibe como el gran intolerante frente a la incapacidad para tomar decisiones de Estado.
Más que alcohólico, el Jefe del Ejecutivo Federal, el que habita Los Pinos y se autodefine como un hombre de fe, es un ser inmensamente temeroso, inseguro e inepto, que ha recurrido al terror para justificar sus pésimas decisiones políticas.
Felipe Calderón y quienes llevan las riendas de México junto a él, no entienden que no entienden.
¡Cuánto temor a la inteligencia!
¡Cuánto temor a la verdad!
¡Cuánto temor frente a una ciudadanía organizada que le señala su incapacidad para gobernar México!
Carmen Aristegui, la gran CARMEN, es la giganta que, a través de un periodismo objetivo y ético, ha permitido que la ciudadanía veamos a Calderón y la clase política que ostenta el poder en su verdadera dimensión: seres diminutos, voraces, pequeños, carentes de inteligencia.
Si hubiera alguna duda sobre estas apreciaciones, solo hay que ver la realidad que viven más de 60 millones de personas en el país en temas de salud, educación, seguridad, justicia y derechos humanos, por decir lo menos.
El autonombrado “presidente del empleo” no ha cumplido. Su gobierno es corrupto, ineficaz, intolerante y represor. No ha cumplido con las grandes promesas. El gran cambio no se ha dado.
Estos cuatro años de gobierno de Felipe Calderón han demostrado que el presidente que defendería la unión familiar es el que más familias ha desintegrado con la fuerza militar de por medio; con políticas de salud y educación que afectan particularmente a sectores vulnerables.
De ahí la necesidad del gobierno calderonista de otorgar mayor poder al grupo selecto de familias que ostentan el poder mediático en México, pues a esas sí les ha dado monumentales y trascendentales beneficios.
El despido injustificado de Carmen Aristegui de MVS Radio es, entre otras cosas, el reflejo de un gobierno federal que no ha podido hacer políticas públicas eficaces, por lo que recurre a la cooptación de grandes medios para construir una verdad que no existe, al tiempo que censura las voces disidentes y contestatarias.
En esta historia la periodista Carmen Aristegui Flores refrenda su ética y sus convicciones como profesional de la comunicación. La quitan del aire pero no le arrebatan su ética, de la cual ellos carecen.
Quienes pierden son Felipe Calderón y una empresa que se deja seducir por la posibilidad de una mayor cobertura radioeléctrica.
En esta lamentable historia la ciudadanía no ha sido pasiva. Se ha pronunciado y exigido el derecho a la información. Ha refrendado en la credibilidad de la comunicadora su esperanza por un periodismo informado y comprometido con la verdad. Esa que incomoda y enoja a quienes tienen poder político y lo ejercen, sean alcohólicos o no, sean heterosexuales o no, sean mujeres u hombres, sean de un partido u otro.
En fin, Carmen seguirá ejerciendo su profesión aunque le quiten la señal. Seguirá haciendo reveladoras entrevistas en CNN en Español, y profundas reflexiones en su columna del periódico Reforma, donde seguro estoy continuará poniendo el dedo en la llaga y exponiendo sus ideas con lúcida inteligencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario